EDITORIAL PLANETA



Un extraterrestre en La Moneda de Camilo Taufic
por Marcelo Beltrand Opazo

La crónica la podemos definir como un artículo periodístico e informativo sobre temas de actualidad, pero además como una historia en que se observa el orden de los tiempos. Y cuando digo el orden de los tiempo, estamos hablando del paso de hechos, situaciones, circunstancias y eventos que van construyendo, minutos a minuto, día a día la historia, la vida.

Nos encontramos con que en esos eventos, que muchas veces, por no decir nunca, el ciudadanos común no los registra, no alcanza a retenerlos y hacerlos parte de la memoria viva y pasan, y quedan como anegdota del día.

Si pensamos en la importancia de los cronistas en nuestra historia, debemos pensar, por ejemplo en el mismo Alonso de Ercilla, en el siglo XVI, retratando una época, una historia. Construyendo una identidad. Por otra parte tenemos a Joaquín Edwards Bello, cronista agudo y crítico de las costumbres nacionales.

El cronista tiene un rol, un papel que jugar en la historia, quieralo o no, conviertiéndose en el personaje desagradable que ensucia la leche, le tira pelos y moscas, porque sabe, que la realidad no es tan blanca, que los que la hacen, somos nostros mismo y que muchas veces, pensamos que son los otros. A los otros les ocurren cosas espectaculares, y nuestra propia vida pasa sin bulla.

Y digo todo esto, porque cuando leí Un extraterrestre en La Moneda, de Camilo Taufic, se convirtió en todo un descubrimiento de datos y noticias que se han perdido en el sentido común, con explicaciones sin fundamento. Anegdotas y eventos que pareciera que todos conocemos, pero que al leerlas y releerlas en la pluma de Camilo Taufic, nos damos cuenta que no sabíamos nada de eso, y nos preguntamos, de adonde sacó este dato Camilo. Es como el cuento de la Caperucita Roja, que todos tenemos en nuestro disco duro, pero les aseguro, que no sabemos muy bien como termina la historia. Bueno, Camilo nos cuenta historia tan variadas como fabulosas, por ejemplo, Odisea sexual en el espacio; ¿América descubierta por los chinos en 1421?; reaparición tenaz de Chupacabras; El caso del pasaporte turco, historia que ya forma parte de la memoria de los chilenos en el exilio.

Camilo Taufic, no sólo entrega la historia, sino que reflexiona sobre ella, con agilidad y agudeza nos permite el espacio preciso, para que uno construya, con su información, una opinión y quede con el bichito de querer saber más de las cosas que se quedan en el titular del diario y del slogan publicitario.

Recomiendo Un extraterrestre en La Moneda porque se van a entretener, van a reir y van a reflexionar.


El martes pasado, durante la mañana, entré a una librería en Santiago a preguntar por un libro que un amigo me había recomendado, y además aproveché de preguntar por uno de sus libros, el de mi amigo. El librero, flaco y con parsimonia, me dice que este autor había fallecido hace poco, perdón, dije, Pierre Jacomet no ha muerto, yo estuve con él no hace mucho. Si, dice él, aquí está la noticia en internet. No podía ser, no podía creerlo. Salí impactado con la noticia, si pareciera que fue hace tan poco que había estado con Pierre. Caminé por las calles de Santiago tratando de recordar las palabras, la última conversación con Jacomet. 41 días habían pasado. 41 días que me decían que tenía que llamarlo, concretar los planes que habíamos hecho, seguir conversando. Contarte de los libros que había leído, que había vivido. Escucharte, disfrutar de ese conocimiento que compartías con generosidad, enseñando, invitándote a tirarte al rio de las letras, de los libros. Escucharte y pensar como puedo leer todo lo que tú leíste. Traté de recordar la última conversación que tuvimos en el programa y no me quedó más que agradecerte.
A lo largo de la vida, uno conoce a muchas personas, a mucha gente. Entabla amistad, relaciones de distinto tipo, las que podemos clasificar, poner en una lista larga. En esa lista estarán aquellos hombres que a uno lo marcan, positivamente. Aquellos hombres que por mil razones han llegado a ser como son. Pierre Jacomet es uno de aquellos hombres que a través de la palabra, de la conversación podía marcar, quedar en la memoria del otro. En mi memoria.
El 28 de agosto fallece en Viña del Mar, un amigo, Pierre Jacomet.

Editorial Cuarto Propio



El placer de los demás de Pablo Azocar
por Marcelo Beltrand Opazo

Después de leer el poemario El placer de los demás de Pablo Azocar que publica la editorial Cuarto Propio, me hace pensar en el libro de Enrique Vila-Matas, Bartleby y compañía, libro ensayo que reflexiona en torno a esos escritores que han dejado de escribir por mucho tiempo, y son identificados como escritores del NO. Vila-Matas ve representado en la figura del Bartleby de Melville, aquél personaje que trabaja y vive en su oficina, y que cada vez que le piden algo, un trabajo o que contara algo de su vida, el responde: “Preferiría no hacerlo”. Bueno, los escritores del NO, son aquellos que han cesado en su oficio, han dejado de hacer lo que tienen que hacer por las más diversas razones, que muchas veces ni ellos mismos conocen. Pablo Azocar es uno de aquellos escritores del NO, que vuelve a escribir después de más de 10 años. Una década diciendo y repitiéndose hasta la saciedad: “Preferiría no hacerlo”. Pero no vuelve con narrativa, vuelve con poemas, casi narrativos. Su regreso a las letras (a las que nunca dejó), es con una prosa poética, que en ningún caso las refiere a él, sino que a lo otros. Entonces, no vuelve mostrándose, más bien, retorna deleitándose en los placeres ajenos, en los recuerdos de otros, que no son más, que sus propios recuerdos, sus propios placeres. Hace guiños a un pasado que hoy se convierte en un espacio del NO, casi se deja ver la razón por la que se escucha “Preferiría no hacerlo”. El placer de los demás es un retorno a sus propias raíces, y que observamos en el poema: “Posesos y pendencieros” (que es el último del libro), y donde Azocar, de espaldas a su vida, a su oficio, declara:

No sabíamos escribir
Matiné, vermouth y noche tecleando
Y tecleando
Y tecleando
Y no sabíamos escribir.
La vida entera
Tecleando
Y tecleando.

Así, el poema se convierte en una declaración de principios, donde se excusa de lo que fueron, de lo que fue. En “Posesos y pendencieros” encontramos el germen del NO.

Al recorrer El Placer de los demás, nos da la impresión que cada poema, es un recordar en voz alta, una necesidad del autor de plasmar aquello que fue, que se dijo, que se vivió. Aquello que aún no es, pero que fue. Un largo rememorar cargado de lugares comunes, que para el lector, se convierten en lugares novedosos. Lugares que nos permiten vernos, apreciarnos y decir, si, yo también estuve ahí. Porque esos mundos no son más que los mundos del escritor que se repitió por más de 10 años “Preferiría no hacerlo”, renegando de lo que fue, de lo que es.

Por otra parte, El placer de los demás es un recorrido por gran álbum de fotos, donde encontramos fiestas, encuentros, imágenes de un rompecabezas literario, de un cristal fragmentado, que es la vida del propio autor. El mérito de Pablo Azocar, esta ahí, en convertir esos lugares comunes en espacios cargados de simbolismo. Pablo Azocar, vuelve, reconociéndose en los otros, porque es el único lugar donde podemos encontrarnos.

Libros de la Editorial LOM



Carne de perra de la escritora Fátima Sime
por Marcelo Beltrand Opazo

Ayer leí el libro Carne de perra de la escritora Fátima Sime que publicó la editorial LOM, y tengo que reconocer que he quedado impactado. Y mi impacto tienen que ver con varias cosas, por una parte, lo bien escrito que está, es decir, Carne de perra, es un texto trabajado, donde la combinación de narradores provocan inflexiones en el discurso, dinamismo. Tenemos una historia que juega, en forma magistral, con escenarios conocidos, con un Santiago fragmentado en tiempos de dictadura. Con una historia (del personaje), hecha de retazos, de fragmentos que se van completando a lo largo del relato. Por otra parte, tenemos personajes muy bien logrados, llenos de contradicciones. Personajes reales, de un país real, de un Chile que el discurso oficial quisiera olvidar.

Esta novela nos cuenta una historia posible, propone actores y escenarios posibles, dentro de un marco histórico que logró romper las imposibilidades del actuar humano (en Chile); la autora reconstruye esa historia por medio, no sólo de un hecho histórico, sino, que a través de la vida de una mujer. Con un estilo directo, Fátima Sime se adentra en los vericuetos y subterráneos de una relación entre un torturado y su víctima, es la historia de una enfermera secuestrada por la policía secreta de la dictadura y entrenada, para participar en un asesinato político. Esta versión de los hechos, no nos cuenta la verdad, sólo nos propone otra forma de ver la verdad.

En Carne de perra el personaje actúa como metáfora de un país. La enfermera (el personaje de la novela) sufre del Síndrome de Estocolmo, se convierte en cómplice de su secuestrador, ayudando a su captor a alcanzar sus fines. Hoy, nos encontramos con un país que convive y ayuda a sus secuestradores, un país con Síndrome de Estocolmo. Un país que cohabita, día a día, con sus torturadores.

Carne de perra el primer libro de Fátima Sime sin duda se convierte en un aporte a la literatura chilena.

EL PROGRAMA

Cuentos y otras Letras nace con el objetivo de fomentar y promover la lectura y la escritura. Un espacio donde todos pueden escribir microcuentos, microrelatos, los que deben tener menos de 400 palabras. Cuentos y otras Letras se ha ido convirtiendo en un Territorio Cultural.

Cuentos y otras Letras quiere ayudar a la construcción de nuestra identidad.

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